Gravedad cero, eso siento cuando tus dedos tocan mis hombros y pasean por mi cuello.
Viajes espaciales me regalas cuando muerdes mis oidos, y tus ojos como satelites me rondan mirando con lujuria mi sexo.
Y con el astrolabio en tus manos y en tus labios la brújula, usas besos que me dirigen hacia algún planeta en el espacio.
Tu calor, ese que viene del sol que se oculta entre tus muslos, hace que descomponga constelaciones, dibujando con estrellas tu nombre y quemando mis manos con su brillo abrazador.
Orgasmos cósmicos, fluidos de plasma; besos y lenguas, cuerpos y almas…juntos al alba de otras galaxias, creando algunos mundos con cada estocada.
Un grito ahogado de placer y de calma, aquella paz etérea y celestial. Utopía de nuestra lujuria, de mi ser, el eje transversal.