Entonces vi tu rostro entre la multitud y pensé hacer en lo que siempre te digo “si te veo te besare”
Me puse nervioso, mas cuando me di cuenta que ya me habías visto, estando del otro lado de la calle.
Sonreíste.
Caminaste hacia mí, para saludar imagino; entre empujones de la muchedumbre te tome de la mano, te hale para poder estar a tu lado, tu cuerpo, tu olor y tu mirada chocaron conmigo; mientras la gente pasaba era como si solo existiéramos nosotros, los demás solo pasaban.
Te mire como quien va a hacer algo prohibido, me miraste como quien apuesta a que no lo haría.
Puse mis manos en tu espalda y me acerque sin dejar de mirarte, me dijiste muy bajito «hola poe» diminutivo de poeta que dices con cariño.
Te bese lentamente, correspondiste poniendo tu mano derecha en mi nuca, el mundo se detuvo por unos instantes en un beso lento y eterno….tan tierno como el nacimiento del arcoíris.
No quise alejar mi nariz de la tuya, pues tu respiración daba cariño a mi rostro.
Nuestros labios hicieron pausa, quedaron juntos unos segundos como quien se quiere conocer a fondo.
Se alejo tu boca de la mía al tiempo que se abrían nuestros ojos…tu aun con ellos cerrados pusiste tu frente en mi boca y te regale un beso de alivio.
Subiste tu mirada y sonreíste, afirmando lo que también sentí, quería besarte nuevamente; no sin antes saludarte “Hola hermosa Musa”