Por ti, hace prosas imposibles,
Vuelves una simple imitación la magdalena, nos deslumbra tu belleza inmutable.
Extrañas composiciones crean a tu imagen, definiéndote cada uno a su manera; imprescindible para escribir de ti es amarte, amar tu piel, tu forma, tus ojos y caderas.
Incomparable, apoteósica e indomable; tu mirada entre lo tierno y lo salvaje, enciende la llama que guarda en mi alma, la lujuria que vive en mi, sentimientos color malva.
¿Podría acaso ser idolatría?
El culto divino que a tu boca le rindo, esa suave superficie seguro saciaría la sed que provoca su color de zafiro.
Pintaría de grafito en las paredes de las ciudades, donde plasmaría el sentir que me dejas al mirarme; y dar la vuelta en tus andares, mientras miro fijo tu silueta.
Se abre mi mente y quedo perplejo, ante la belleza que de tu cuerpo emana, y de aquel olor que tome de tu pelo; sentarme y pensar en ti mirando el alba.