Al ser el único instrumento que se hace dueño del artista, un elemento completo, con todos los sonidos, tonadas y octavas que podrían existir en un solo ser.
Cuantas sinfonías y estrofas compusimos en las noches tristes, alegrando a la oscuridad que embargaba aquel aposento donde tocaba aquellos conciertos que rompían las leyes del sonido y que solo con verlo los sordos escucharían y conocerían cada nota.
Allí, en aquella cama, el gran maestro elegido por ti, tocaba cada parte de tu cuerpo donde un instrumento aguardaba.
Me hice con tus senos, aquellos saxofones que engrandecían la melancolía de la noche, tocamos un jazz en tus pechos acompañados de voces, pidiendo más soplidos que los descontrolen.
A ritmo caribeño toque tus tambores, solo unos momentos; esos que se encuentran justo encima de tus muslos, recostándome en tu espalda, roce aquel violín, esas caderas hermosas donde una curva perfecta contornea tu figura esbelta.
Tocando nuestros labios encontré una armónica, tocada con ternura o en un ataque de furor; sentía como íbamos al ritmo de la música.
Toque guitarra en tu cuello, y sonó el tus orejas algún flautín.
Ningún sonido Conmociono aquel anfiteatro al momento en que con mis dedos toque tu lindo piano. Sintiéndome todo un experto, descompuse partituras, y acabe con blancas y negras dejando en blanco el pentagrama, solo me importaba la música que salía de nuestras caderas…de tus labios, bellos sonidos, como de lobo algún aullido.
Beethoven ni Mozart superaran nuestra sinfonía, pues el ritmo es perfecto. Conectados uno al otro…artista e instrumento, sonara hasta que se moje de sudor la ultima tecla y de cansancio caigan rendidos en el escenario.
Tienes talento….
Felicidades
Gracias…vale mucho tu opinión