De pie, en frente de ti mientras duermes en aquella cama que una vez fue también mía; puedo sentir esa extraña sensación de magnetismo que tienen nuestros cuerpos, aun con las características que ha tomado el mío, la ansiedad de tocarte, de besarte.
No me iré.
No me iré sin antes recostarme de tu pecho desnudo, aquella piel que extraño cada día de mi inacabable existencia.
No me iré hasta rozar aquel templo, ese cáliz que hacía que el gemido de tu voz sea una dulce melodía.
No me iré hasta besar, esos labios que me hicieron adicto desde la primera vez que logre probarlos.
Sé que me sientes, me introduzco en tus sueños, hago que te erices y que quieras arrancarte la piel mientras te abrazas a la soledad.
Cada noche estaré aquí para ti, para hacerte el amor, aunque ya no pueda tocarte cuando estés despierta, te amare, y te haré el amor, aun cuando elijas otro que ocupe el lugar del que un día fue el hombre de tu vida.
Muy lindo y sensual, yo tambien escribo poemas no cualquier persona gusta de la poesia, eres muy sensitivo
Muchas gracias Marisol. En realidad hay que tener cierto grado de sensibilidad para poder apreciar o crear la poesia. Me alegra que te haya gustado y pues, sigue leyendome si te agrada. Un abrazo.